En innumerables ocasiones se ha comparado la vida con un camino que debe andarse mientras se eligen destinos y se toman decisiones. Esta comparación tiene sentido, ya que para que las cosas sucedan uno no puede quedarse a hablar de pie sobre lo que se podría vivir, sino más bien siempre en movimiento hablando de lo que se vivió. A medida que se va andando, es mucha la gente que se enrola a nuestra causa o que se aleja de ella. De una u otra manera, a medida que se va poniendo el pie sobre la tierra, muchas personas se van cruzando por nuestro camino.

Esta es una canción del trovador cubano Silvio Rodríguez, del disco "Rabo de Nube". En muchas ocasiones fue cantada en festivales de trova a más de una voz, siendo muchas veces la canción de clausura, precisamente por la temática que ofrece.

Vislumbrando alguna meta en el horizonte, mandamos la orden a los pies para que la distancia sea cada vez mejor, bombeando siempre la esperanza desde el corazón. Sea lo que sea que se desee alcanzar, nos encontramos con otras personas, manos, corazones; que se unen para decir entre todos ¡Vamos a andar!

Si bien muchas veces nos unimos a un grupo y vamos por un camino que se aleja del que realmente deseamos, siempre está presente la posibilidad de retomar el arduo camino de nuestro ideal. Cada pisada de aquél equipo va matando al egoísmo, y a medida que se avanza se van creando las oportunidades para que reviva la amistad con los que se quedaron atrás.. o los que se hallan más adelante.

Y es que la tierra tiembla cuando muchos caminan en busca de un objetivo común, hundiendo al poderoso, alzando al perezoso, siempre sumando a los demás sin dejar dormir a los que no nos permiten soñar.  Paso a paso vamos logrando resultados, personales, que se van uniendo a los logros de los demás, hasta darnos cuenta de que nuestras banderas se encuentran trenzadas de manera que no haya soledad. 

 "Y si no pudiera alejarme de mí, no podría acercarme a nadie, a nada. Ni a mí"

El Día Internacional de la Mujer fue este 8 de marzo pasado, un día para ratificar lo que se piensa y siente sobre esas mujeres que no hay noche ni encanto que las sobreviva. Con una infinidad de personas que nos rodean cada día, junto a otras desconocidas gigantes, apreciamos de sobremanera su gran corazón de madre, hermana, novia, abuela; que siempre regalan flores, presencias, sin pedir nada.

Esta es una canción del trovador español Ismael Serrano, que puede encontrarse primeramente en el disco "Los Paraísos Desiertos" y que fue editado posteriormente para otros discos. Una canción poderosa que en lo personal es una de mis favoritas.

Siempre se atraviesan momentos grises, o aún más oscuros, en la vida. Momentos en los cuales se ve para ambos lados y a veces pareciera que el solo el viento el que da una palmada en la espalda ante la adversidad de las situaciones y la terrible ausencia (real o imaginada) del resto de la gente. No estarás sola. Vendrán a buscarte batallones de soldados, que a tu guerrilla de paz se han enrolado; y alguien en primera fila de combate, abriendo trincheras, protegiendo.

A pesar de no contar con alguien que esté al lado físicamente, siempre habrá quien te de aliento cuando te des por vencida. Tú, todas, ellas... que hacen de faro solidario en ausencia de paz, siendo en tiempos difíciles la Estrella Polar que nos muestra el camino de regreso. Cada día es distinto, nos hallamos más o menos acompañados, a veces nos sentimos más o menos queridos... pero algo es seguro: No habrá distancias que no cubra cualquier hombre que te busque.