Reflexionando un poco, y parafraseando al Mago, uno es capaz de enamorarse de una manera muy fácil, solo que con el tiempo lo vamos complicando. Cuando nosotros tenemos la sencillez a flor de piel y deseamos con toda el alma que las cosas pasen, lo más probable es que van a pasar. Cuando vamos creciendo vamos siendo presas de nosotros mismos y parece que cuanto más crece el cuerpo más se achica el alma.

Viéndonos platónicos, no es que no sepamos amar, es que de pronto lo hemos olvidado; pero la imagen y la sensación de estar enamorado persiste dentro de nosotros en algún lugar que no alcanzamos a ubicar con claridad y es cuestión de llevar la imagen hasta nuestro presente, hasta la mirada, hasta la punta de los dedos y decirle a alguien de manera honesta y sincera "quiero intentarlo, quiero creer que se puede..."

Esta canción es obra del desaparecido cantautor mexicano Abel Velásquez "El Mago", y puede hallarse en el disco "Mitades de una voz", que contiene otras buenas composiciones como "El Dragón" y "Ya no me inspiras nada".

En situaciones en las que uno se encuentra obnubilado, a menudo sin sentir tierra bajos los pies, cierta lejanía emocional  obliga a pensar e imaginarse escenarios más allá de los realmente necesarios. El compartir con otra persona, lejos de ser sencillo, suele traer cierto tipo de obstáculos que en ocasiones se intentan solucionar con un tiempo de "reflexión" personal, en el que no se tiene más prisión que su mirada.

Dejando de lado el drama y las caretas para mostrarse más o menos afectado por algo y sin las heridas que se acostumbran presumir, suele ser mejor hablar sinceramente. Sin tapujos y quitándose las frases previamente ensayadas, a pesar de no garantizar un giro, las decisiones se orientan hacia una mejoría o a un sano abrazo de despedida. Y cuando se comparte el "creer que se puede", todas esas palabras y la voz ya no se marcharán más.

A veces, en un abrir y cerrar de ojos, uno mira hacia el calendario y ve asombrado que ya muchas hojas con meses y años han sido arrancadas; realmente el tiempo pasa muy rápido. En el sentido positivo, son muchas las experiencias que se acumulan durante este tiempo, buenas y malas, que al final del día nos ayudan a fortalecernos y a terminar de moldear una persona poco equiparable al resto: única en su especie.

El día 17 de mayo de 2008 empezaron a moverse los engranajes de la cabeza y a dar fuerza a los dedos para llevar a cabo este viaje solitario que poco a poco se fue colmando de gente. Ya pasó un año más, creyendo en la canción como salida, y en el día a día intentar esquivar los tiempos sin luz, tomado de su mano, guiando y siendo guiado.

Un año más de lucha compartida en cielo abierto, siempre con el agradecimiento en los brazos y el corazón, poniendo el hombro los unos en los otros. Son varias las canciones que se han compartido, muchos los comentarios recibidos y más aún el agradecimiento que se tiene al saber que están ahí, conmigo.

La canción, del dúo de cantautores Mexicanto, es la adecuada para celebrar este día, con su abrazo que no tiene fin.