Una excelente canción de René Uzqueda que, según lo que tengo entendido, fue su primera canción. Y con razón, esta canción tiene un matiz muy interesante de palabras y significado, combinado con otras voces que hacen que valga la pena darse el tiempo para escucharla. Esta canción puede encontrarse en su disco con el mismo nombre "René Uzqueda", y que se halla escrita para el Che Guevara.

Siendo neutral respecto a lo que el Che significa, la canción apunta hacia las cosas que se encuentran en el horizonte, los pasos que seguimos para alcanzar ese deseo muchas veces utópico y los retos que se nos presentan en el camino. Se hace alusión, precisamente, al Quijote de 1605, que se anda enfrentando a aquellos gigantes, los molinos, y finalmente llegar donde su amada Dulcinea, habiendo pasado ya más de 4 siglos.

"Por ti salgo a los caminos, por ti enfrento a cien molinos" Los retos del horizonte son muchos, y muchas veces nos vemos enredados en ellos, con una mano invisible que intenta sostenernos de la pierna para ya no dejarnos avanzar. Cada quién se enfrenta a sus propios molinos, les da imagen... y poder. Sin embargo, lo loable es estar en el camino para enfrentarnos a ellos a pesar de su grandeza (real o imaginaria), para trazar una línea más en la pared de logros y acercarse al menos un milímetro más al objetivo.

Cuatro Siglos, Dulcinea, contiene un fragmento de la "Ventana sobre la utopía" de Eduardo Galeano, autor de libros excelentes como "Patas arriba" y "Bocas del tiempo, que resume la utopía:

Me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

Finalmente, "saberte inalcanzable, me da fuerzas para andar", con la mirada puesta fijamente en lo que se desea (Me recuerda la "Fábula de los 3 hermanos" de Silvio, aunque con un final un tanto menos trágico) se pueden desechar miles de pares de zapatos de tanto caminar... esperando algún día lograr lo deseado.

Un abrazo a todos!!

Escuchando ya varias canciones que tenían una introducción con los poemas de Edel Juárez, que la mayoría puede encontrarse en el "Títeres de tu" del mismo autor, dí con esta canción que ya la había escuchado algunas veces, pero no la tenía en mi máquina. Buscando, bucando, dí con ella y la descargué, para compartirla con ustedes.

Lo más interesante de esta canción es la introducción de "Si existiera un Dios", que me parece extraodinaria, y la posterior conexión con "Juro", de Edgar Oceransky.

Si existiera un Dios, preferiria que fuera mujer
y así hablarle de tu y de ti, y que me aconsejara
preferiria que fuera mujer y que fuera mi amiga
y que su sexo no fuera barrera, sino pretexto
que fuera mujer y amiga de aquellas,
que dan la vida cada vez que lo solicitas
que fuera mujer y amiga para que me escuchara
y me consolara y cerrara mis heridas
si existiera un Dios, en definitiva me gustaría
que fuera como tu, aunque entonces
yo que haria…

Es fácil jurar que se va a hacer varias cosas, sin embargo a la hora de la verdad nos vemos cayendo nuevamente en lo que dijimos que haríamos o no haríamos. En el caso de la canción, es jurar ya no hablar más con la persona que se lleva un pedazo de alma, en resumidas, dejarla en paz.

Jurar cosas como estas tiene un componente de alto riesgo emocional (a veces físico) que uno debe estar dispuesto a asumir. Poner una pared entre el pasado/presente/futuro no suele ser posible, porque el cemento que une los ladrillos no es lo suficientemente espeso para lograr que lo pasado se estrelle ante tal barrera... sino que deja pasar pequeños fragmentos, tal vez los que más llegan a uno.

"No importa que estalle todo mi interior" suele ser una decisión bastante común... el alejarse de la persona, jurando que ya no habrá comunicación ni relacionamiento de ningún tipo. Desde mi punto de vista, es un error bastante duro, puesto que hacer un corte (tal vez razonablemente violento, en términos de rapidez) desequilibra el interior de una persona, y al evitar contacto se va cerrando una herida, solo superficialemente. Cuando se vuelve a ver a la persona (normalmente sin querer) esa herida no sólo deja de curar, sino que puede hasta llegar a sangrar... mucho peor "y más se inflama el corazón". En todo caso, propondría pasar por una etapa de duelo, claro que se la pasa mal, pero al fina el duelo termina y uno no se reprime tanto. Y no alejarse...., dado el caso.

Al final, despedidas y alejamientos hay muchos, cada quién según lo que siente, sus emociones e incluso su temperamento, se crea en la mente una despedida óptima, que la mayoría de veces es difícil de recrear cuando llega el momento.

Un abrazo!